Y fue así que miró hondamente en sus letras y no encontró el corazón en ellas.
Como abismos desesperantes hundió su dolor,
Cual ave sin alas se postro en el suelo a esperar.
No Esperó nada, no dijo nada y su soledad aclamó dulzura
aclamo esperanza...
Suspiró y pensó, lloró y sintió...
qué desventaja ante la vida.