martes, 30 de septiembre de 2014

El amor



Se supone que uno no debería estar ofertando el corazón tan fácilmente. No se confunda con dejar el cuerpo de lado, que no se vive siendo sólo corazón, somos ojos, páncreas, intestinos e incluso nuestros propios desechos.

Eso del amor es cosa seria, no a cualquiera se le da, ni cualquiera resiste una vida entera amando. Luego las personas piensan que es un cuento lleno de magia, con instantes caóticos y existencias  conformadas con agachar la cabeza y dejarse llevar por ideas arraigadas sin mucho sentido. La gente debería dejarse llevar por la vida y tomar el timón de sus días. No he conocido una persona en el mundo que ame así nada más, sin poner o quitar condiciones, sin exigir o amarrar. El amor es un sentimiento, así como la felicidad o la tristeza, no obliga al resto del mundo a estar pegados como andróginos, esto ya es un cuento muy antiguo. El mundo moderno se amarra y se ata.


La gente suele hacer tonterías usando su nombre. Es semejante a las guerras en el nombre de Dios. Conceptos pacifistas rodeados de violencia. Obviamente no se vive del riñón pero tampoco sin él, así es el amor, no se puede vivir sin él, aunque científicamente se demuestre es un estado de química cerebral.

Cualquier cosa puede ser amada, lo cual no tiene ningún adjetivo con qué explicarse. Los caminos del amor nos pueden llevar a situaciones inesperadas, pero las personas continúan encerrando sus cabezas en pequeñas cajas sin luz, el amor no necesariamente es de hombre a mujer como parejas, no se debería clasificar. Amar a una persona no implica que se le desee sexualmente. El sexo y el amor se pierden. Un coito no es la culminación del amor y el amor no tiene por qué expresarse con un coito e irrefutablemente puedes amar con la vagina o el pene.


¡Ama como te dé la gana!


Dicen que todos tenemos un amor que nos jode la existencia. Todo es cuestión de perspectiva. Un amor no jode, sacude sutilmente. 
Alejandra Rizo.