Tenía ganas de escribir poesía,
pero no escribo.
Pensaba en lo irreal que parece el pasado.
En los momentos que me gustaría atrapar y que parecen una fantasía
Pensaba en los brazos que no siento cuando duermo
En la voz grave de una lengua extranjera
En la coincidencia de un lenguaje que ni suyo ni mío era
En cómo se me acaban las memorias de a poquito.
Como gotean mis recuerdos y se van con los ríos del tiempo.
Recuerdos que se vuelven fantasía
Hasta que me abrazo a los libros que sus manos tocaron
Cuando abro la caja con las rosas marchitas
Cuando hallo las fotos perdidas.
Fue un sueño con bastantes evidencias.
Un sueño que cuando al despertar
Podía tocar su espalda y sentirme segura
volver a dormir, aunque fuera lejos de mi cielo.
Un sueño que se fue
se marcho cuando vio que no le necesitaba
jamás lo hice.
Amaba su presencia de una forma tan pura
que no lo necesitaba, lo acompañaba.