¿Te extraño? Me lo preguntas con tu ausencia. Me lo preguntaste desde el día que te vi desaparecer por la noche, con tus pasos seguros entre las calles oscuras.
No te extraño. Pero sé que te lo preguntas con cada melodía, viento, hoja y objeto que tocan tus manos. ¿Me extrañas? No puedo preguntármelo cuando conozco que tus dedos rozan mi nombre sobre el teléfono y entre tu orgullo y la pericia decides guardarlo.
Nos extrañamos con el sentimiento nefasto de quienes deciden marcharse. Cortamos las raíces, no hay gritos austeros que lleguen a nuestros oídos. Te entierras bajo el manto de la memoria. Sangras y te deshaces sin el porvenir de mi presencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario