miércoles, 19 de junio de 2019

Las #&/% planeaciones

Tenía en mente comenzar a escribir, seguro alguna tontería de mi día a día. Casi siempre estas ganas de entrar al blog y escribir acerca de todo o nada me invaden cuando tengo que hacer las planeaciones, el problema es que hice primero las planeaciones y ahora no recuerdo de qué tenía ganas de hablar. Así que platicaré sobre ser maestra.

Al inicio yo no tenía ganas de dar clases porque sabía que los niños llegaban a desesperarme e inquietarme. Que ahora ya les tomé paciencia, sé cómo trabajar con ellos, cómo atender las necesidades que les surgen en el aula. Yo estaba recién graduada de psicología y seguía escribiendo cuentos de forma religiosa, cuentos que adoraba hacer. Pero no encontraba empleo, el apoyo de casa lo vi disminuir y con justa razón; ya que durante la carrera no necesité trabajar y si lo hice fue por más motivos personales que económicos. Porque aunque teníamos lo justo y muchas veces vestí medio con harapos, de una u otra manera, comida y estudios no me faltaron.
Llevo ya siete años dando clases, empecé como maestra de educación especial, lo cual me fascinó hasta que me cambié a un centro con mayor sueldo pero no me adapté nunca, me sentí sin mucho apoyo, pero eso es harina de otro costal. El hecho es que muchas veces termino arrastrando los pies del cansancio por los dos empleos que tengo, en las mañanas con un sueldo bajo y un colegio con excelente ambiente laboral (bastante difícil de hallar). Y, por las tardes, ya estoy con asesorías psicológicas y las clases de Inglés privadas. Nadie dice que es fácil. Me agrada ser maestra, pero qué cansado es tener dos empleos y llegar a casa a planear en lugar de escribir algo tetricamente lindo. 

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